Hoy os traigo una entrada muy especial, que quería hacer desde que comenzamos con el blog. No la he subido antes porque siempre me ha dado mucha vergüenza enseñar mis escritos, y hoy como me siento un poco más valiente de lo normal, me he liado la manta la cabeza y por fin lo voy a hacer.
A diferencia de otros autores que he conocido, mi objetivo no es que os gusten los relatos (a ver, que si os gustan mejor). Mi objetivo principal es hacer que os despierten alguna emoción, que no dejen indiferente a nadie. Así que os agradecería mucho que pongáis en los comentarios que os han parecido, porque hace solo unos meses que escribo de una forma más seria y todavía tengo mucho que aprender, así que acepto cualquier crítica ya sea buena o mala siempre y cuando sea constructiva.
¡¡Muchas gracias!!
Me
asomo a la venta y la miro. Lleva puesto su pijama favorito y le han hecho ese
moño que tanto le gusta. Mientras los doctores entran a toda prisa, no puedo
evitar recordar esa mañana. Cuando desperté ella ya estaba en la cocina,
cantando como una loca y quemándolo todo. Decía que quería prepararme un
superdesayuno para que cogiera fuerzas para mi primer día de trabajo. Las
tostadas se parecían más al carbón que al pan y el café estaba imbebible. Pero me lo comí todo como un
campeón, como ella dice, porque me lo había hecho mi niña. Ahora quien sabe si
me podrá volver a hacer unas tostadas o si me volverá a llamar papá. Y todo por
mi culpa, por llegar tarde, por ir demasiado rápido, por un descuido, por no
haber comprobado si tenía puesto el cinturón.
Hace 94 días que se marchó y sigo perdida en un mundo lleno de
vida.
Para esto no te preparan los médicos, no hay un cursillo para lo
que viene después. En el hospital no se habla de lo que hay tras el fin,
simplemente se sueña.
Llevo 94 días sin la sombra de la muerte acechando en cada esquina, 94
días sin cáncer, 94 días curada así que por fin voy a abandonar el mundo de los
sueños y voy a vivir.
8 oct 2015
Suena la puerta y tiemblo, supuestamente
hoy se iba a quedar en la oficina trabajando hasta tarde, ¿por qué está aquí?
Por su forma de andar sé que está enfadado. Nada más llegar se abalanza hacia
mí, como un león dispuesto a disfrutar de su presa. Cierro los ojos y dejo que
diga lo que quiera, porque tiene razón. Soy una mala mujer, una inútil que no
sabe ni coger la escoba, una inútil que no sabe darle el amor que se merece,
que no lo valora, y tiene razón. Él me quiere muchísimo, solo me dice estas
cosas para que mejore como persona. Me apartó de mi familia y mis amigos porque
eran una mala influencia, unos envidiosos que no soportaban vernos tan felices.
Soy muy afortunada tengo un marido que a pesar de mis enormes defectos me ama
por encima de toda las cosas, me ama tanto que no soportaría compartirme con
nadie, por eso los mejor es que no tengamos hijos, además el mundo cada vez va
a peor no queremos que nuestros hijos vivan en un mundo así y como solo dos
personas no pueden cambiar la situación mejor no los tenemos, mi sueño de una
gran familia feliz es irreal y absurdo.
18 nov 2016
Tras más de un año sin escribir he
encontrado mi diario. He leído las últimas entradas y no puedo creer que yo
haya escrito eso. Esa no soy yo. Todavía me asombro de como él pudo cambiarme
tanto, cómo logró que me creyera todas sus mentiras, cómo consiguió que me
perdiera a mí misma. Siempre he sido una chica muy fuerte con mucho carácter,
decidida a tomar sus propias decisiones y acostumbrada a luchar por el futuro
que yo quiera vivir. Es por eso que no me reconozco en los anteriores escritos
es imposible que eso lo haya escrito yo ¿de verdad creía que me amaba? Eso era
de todo menos amor, porque cuando el respeto desaparece en una relación, el
amor también se va. Que la otra persona sea más importante que tú tampoco es
amor, esa es una idea anquilosada que nos han intentado meter en la cabeza las
películas romanticonas de sábado por la tarde, y es que si tú no te quieres es
imposible querer a otra persona, tener una relación sin sentir miedo.
Ahora lo sé el miedo NUNCA es amor.
Hace tiempo
conocí a una chica en la clínica. Desde el principio supe que era especial,
pero mis sospechas se confirmaron cuando la tarde del tercer día consiguió que
me abriera como los médicos llevaban meses intentando. Lo solté todo y cuando
acabé ella me dijo:
-Estás vivo
así que por favor no mueras antes de que la muerte te llame a su lado, hazte un
favor y vive – Tras esto se levantó y se
marchó. Pasaron dos días y no la volví a ver, así que decidido a hablar con
ella fui a su habitación, pero estaba vacía. Le pregunté a una enfermera. Al
principio me miró como si estuviera loco, pero entonces recayó en mi pulsera, y
suavizando su rostro me dijo que la chica que ocupaba esa habitación había
muerto hacía una semana. Esa noche soñé con ella, y desperté con una certeza en
mi interior sigo vivo y voy a vivir.
Vivid un millon de vidas a través de la tinta.